Barrios de Pie y Libres del Sur marcharon masivamente contra el hambre y por la redistribución de la riqueza.

Buenos Aires 13 de diciembre de 2008


Barrios de Pie y Libres del Sur marcharon masivamente contra el hambre y por la redistribución de la riqueza.


Unos ocho mil compañeros y compañeras de Barrios de Pie y Libres del Sur se movilizaron ayer a la tarde hasta Plaza de Mayo acompañando la marcha nacional convocada por la Central de Trabajadores Argentinos y el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, contra el hambre y por la redistribución de la riqueza.

En el marco de la campaña nacional por la redistribución de la riqueza que Libres del Sur y Barrios de Pie vienen llevando adelante, los compañeros y compañeras también repartieron volantes y recolectaron firmas para adherir a la propuesta de ley que grava la renta financiera, otorga la asignación universal por hijo y contempla el aumento a las jubilaciones.
La gran columna, que abarcó más de 30 cuadras y contó con cerca de 50 mil personas, movilizó desde Parque Rivadavia hasta Plaza de Mayo.

En la cabecera estuvieron el dirigente de Barrios de Pie, Roberto Baigorria; el dirigente de Libres del Sur, Humberto Tumini; la diputada nacional de Libres del Sur, Victoria Donda Pérez; la diputada provincial de Libres del Sur, Laura Berardo; Martín Sabbatella, de Encuentro por la Democracia y la Equidad; Fernando “Pino” Solanas, de Proyecto Sur; Claudio Lozano, de Buenos Aires Para Todos; el secretario de Relaciones Institucionales de la C.T.A., Víctor de Genaro; el secretario general de Suteba, Roberto Baradell; y las Abuelas de Plaza de Mayo, línea fundadora; entre otros referentes.
El dirigente nacional de Barrios de Pie, Roberto Baigorria, expresó que “el gobierno tiene que tomar nota de esta movilización impresionante. Estamos en esta causa justa que empujamos desde hace tiempo, estamos en una campaña por la redistribución de la riqueza y hoy venimos porque creemos que está bien dinamizar el consumo de los sectores medios y de los trabajadores, pero también hay que dinamizar el consumo de los sectores más empobrecidos de la población, que además de ser muchísimos, son los que siempre pagan las crisis y los que más las sufren”.
Por su parte, el dirigente nacional de Libres del Sur, Humberto Tumini, declaró que la marcha “es una respuesta bien importante a la crisis que se avecina y al planteo de que la crisis no la tienen que pagar los más débiles”. Y agregó que “el gobierno tiene que tener mucho protagonismo no sólo para dar créditos a los sectores medios o a los trabajadores de mejores ingresos sino centralmente a la mayoría empobrecida de este país, por eso es importante que sea tan grande la demanda”.

La convocatoria fue un impresionante despliegue de banderas coloridas, muñecos gigantes que representaban a los niños y niñas de la Argentina, murgas, bombos, redoblantes y remeras estampadas con las consignas que sobresalieron durante toda la tarde, como “El hambre es un crimen”, “Ni un pibe menos”, “Que la crisis la paguen los que más tienen” y “Redistribuir la riqueza es posible”.
Durante la marcha a lo largo de la Avenida Rivadavia se pudo ver además a algunos vecinos que salían a sus balcones y al compás de la música de los redoblantes adherían al reclamo por medio de aplausos y agite de banderas argentinas.

También estuvieron presentes en la manifestación la Agrupación Che Pibe; el Frente Transversal; el Partido Comunista; el Movimiento Territorial de Liberación; la Agrupación Quebracho; la Asociación Argentina de Actores y demás organizaciones barriales y sindicales e instituciones relacionadas con la niñez, la salud, la educación y el trabajo.
Una vez en la desbordada Plaza de Mayo, donde se montó un enorme escenario, el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, dio un discurso en el que remarcó con fuerza que “hay que proteger a los pibes, no protegernos de los pibes”.
También allí se leyó un texto en el que se puso de manifiesto la situación durísima que padecen hoy los niños y niñas de nuestro país, que mueren a causa de enfermedades evitables, por deficiencia alimentaria, por falta de asistencia médica adecuada y, fundamentalmente, por ausencia de decisiones políticas destinadas a la solución urgente de esta problemática gravísima, que ya no puede esperar más.